Se cumplen 33 años de la Declaración de Alma Ata, instancia que posicionó el derecho a la salud de las personas y delegó esta sabia responsabilidad en la Atención Primaria. La OMS define APS como “…la asistencia sanitaria esencial accesible a todos los individuos y familias de la comunidad a través de medios aceptables para ellos, con su plena participación y a un costo asequible para la comunidad y el país. Es el núcleo del sistema de salud del país y forma parte integral del desarrollo socioeconómico general de la comunidad”( Organización Mundial de la Salud. Informe sobre la salud en el mundo 2008, Ginebra, Suiza). Esta definición significa no sólo el acceso a las prestaciones de salud lideradas por expertos y técnicos clínicos, sino, considera dos grandes aspectos, por un lado el incorporar los determinantes sociales, económicos, educacionales y culturales a la comprensión de los estados de salud, y por otro lado, la autorresponsabilidad por parte de la población en la generación, desarrollo y resolución de su situación de salud.
Nuestro país acoge este llamado y convoca a sus actores a fortalecer la salud pública. Hoy tenemos más de 2.000 Centros de Salud ambulatorios (Centros de Salud Familiar, Consultorio General Urbano, Servicio de Atención Primaria de Urgencia, Servicio de Urgencia Rural, entre otros) este avance nos alienta a seguir trabajando en pos de disminuir las brechas de acceso, cobertura y equidad, sin dejar de estar atentos a los cambios demográficos y epidemiológicos que nos invitan a una continua revisión y evaluación de las metas propuestas.
La declaración de Alma Ata establece la salud como un derecho humano fundamental y emplaza a los gobiernos a dar respuesta social y sanitaria a su población. Este llamado, (hoy en pasado) a que todos los pueblos del mundo alcanzaron al año 2000 un nivel de salud adecuado que les permitiera llevar una vida social y económicamente productiva plasmaron en la APS la clave de este logro. Ya de esto han pasado 10 años ¿podremos decir hoy que estamos en condiciones de asegurar el cumplimiento de este derecho? ¿o quedó en una declaración de buenas intenciones?.
Muchos son los logros en nuestro país, pero aún falta mayor compromiso y camino por recorrer, nuestros pacientes no buscan solamente competencias y expertiz, sino, también comprensión, respeto y dignidad y para eso debemos entender la salud (y la educación) como el alma de las Naciones.
Si bien los Objetivos Sanitarios de la década pasada fueron; a) disminuir las desigualdades, b) mejorar logros sanitarios alcanzados, c) enfrentar los desafíos del envejecimiento, d) y satisfacer las necesidades y expectativas de la población, recayeron estas grandes tareas básicamente en la APS generando un gran desafío, pero, las mejoras en salud no sólo se alcanzan con la focalización e inyección de recursos, gran parte de estos logros se consiguen gracias al diario compromiso de los funcionarios de la atención primaria y hay que explicitar un reconocimiento a esta fuerza de trabajo, no obstante, hay tareas muchas pendientes a desarrollar con ellos.
Junto a estos cambios, ha sido relevante el rol del gestor en la instalación y divulgación de las fuerzas de tarea impulsadas por Alma Ata e incorporadas en los objetivos de salud que nos planteamos como país. En este rol ha sido imprescindible conectarse con el intersector, comprometer a los equipos de salud, reconocer en la población sus vínculos comunitarios y culturales a través del ciclo de vida. La gestión permite intermediar entre la creación y puesta en marcha de las políticas públicas y es en esta lógica donde están convocados todos los actores, a dar continuidad e integralidad al proceso, reconociendo las deficiencias y creando planes de mejora. Hoy estamos en condiciones de gestionar en la acción con liderazgo, con equidad y vinculante con sus integrantes.
En este sentido la labor de la kinesiología está aportando desde sus inicios al desarrollo de una mejor salud, los programas respiratorios nos permitieron insertarnos en el mundo de la asistencialidad, promoción y educación. Los kinesiólogos y kinesiólogas y su rol en la salud pública los han hecho merecedores de otras áreas clínicas, educacionales y gestoras. Hay un gran desafío por delante, como es el de participar activamente en los cambios epidemiológicos que estamos experimentando, esto es el aumento de las enfermedades crónicas degenerativas, el aumento en la esperanza de vida, la mejora en la calidad de vida y funcionalidad, por esta razón, nuestra población hoy nos demanda ser cada vez más competentes y comprometidos con su salud.
Klga. Nilza de la Parra Crisostomo
Mg. Docencia e investigación
Encargada de programas respiratorios SSMN
Miembro de la Corporación kinésica de gestión y salud pública
